
Jack Byrne (él)
Activista trans e investigador de derechos humanos
Jack es un activista trans masculino e investigador de derechos humanos de Aotearoa (Nueva Zelanda). Ha sido activista comunitario desde 1981, inicialmente dentro de las comunidades lésbicas y luego las queer, antes de su transición en 2002. El activismo trans de Jack a nivel nacional, regional e internacional se ha centrado en el derecho a la salud, la despatologización y el reconocimiento legal de género. Su pasión es la política de coalición interseccional, que incluye proyectos para reducir la violencia, la pobreza y la falta de vivienda, y que promueve los derechos de los pueblos indígenas, los trabajadores, las personas con discapacidad y lxs refugiadxs y solicitantes de asilo.
¿Cuál es la situación de las personas trans en tu país?
Las personas trans no están protegidas explícitamente en las leyes anti discriminatorias en Aotearoa, aunque desde 2006 todos los gobiernos han estado de acuerdo en que las disposiciones que prohíben la discriminación sexual también prohíben la discriminación por identidad de género. Durante muchos años, nuestras comunidades han pedido que estas protecciones legales sean más explícitas al agregar identidad de género, expresión de género y características sexuales como motivos prohibidos de discriminación en nuestra Ley de Derechos Humanos. También hemos pedido recursos que establezcan explícitamente lo que estos derechos implican para las personas trans, que abarcan todas las áreas de nuestras vidas, incluidos nuestros derechos de acceso a espacios y actividades de un solo sexo, y las responsabilidades de las escuelas, empleadores, organismos deportivos y otros en defensa de estos derechos.
Actualmente, hay muy pocas estadísticas disponibles sobre las comunidades trans en Aotearoa, aunque a mediados de 2019 se publicará la Encuesta liderada por la comunidad de salud trans y no binaria de Aotearoa New Zealand, Counting Ourselves. Los datos existentes nos dicen que nuestras comunidades enfrentan niveles realmente altos de intimidación y violencia sexual y tienen índices muy altos de pensamientos suicidas e intentos de suicidio.
Muchas de las luchas que enfrentan las personas trans aquí, giran en torno a la exclusión económica y la falta de vivienda. Todavía es común que las personas trans abandonen la escuela anticipadamente debido a la intimidación y la violencia, y si bien hay personas trans en trabajos de alto perfil, sigue siendo mucho más difícil obtener un trabajo si las personas se dan cuenta de que eres trans.

El sistema de salud pública de Aotearoa brinda un acceso limitado e inconsistente a la atención médica de afirmación de género. Hay un poco de acceso a especialistas en hormonas, a financiamiento y asesoramiento para cirugía superior, y casi no hay acceso a fondos para el tratamiento de depilación. La lista de espera para las cirugías inferiores de afirmación de género actualmente es de aproximadamente 70 años. Esto significa que la mayoría de las personas se autofinancian con sumas significativas de sus necesidades de salud de afirmación de género, incluido el asesoramiento. Nuestras comunidades han hecho mucha presión para lograr un cambio, y finalmente, el gobierno actual está escuchando con seriedad estos problemas. Sin embargo, lxs opositorxs a los derechos trans siguen realizando encuestas diseñadas para mostrar la falta de un apoyo más amplio para los problemas de salud trans, con el objetivo de resaltar las posibles consecuencias electorales de gobiernos que financian estos servicios.

La mayor amenaza para los derechos y las vidas de las personas trans en Aotearoa es el aumento del extremismo anti-trans. Existe una historia del pequeño movimiento de derechos religiosos de Aotearoa apuntando a grupos que apoyan a jóvenes trans, de género diverso, queer y a juventudes cuestionadoras.
Su influencia política ha sido relativamente pequeña pero está creciendo, con un nuevo partido político que usa la misma retórica en contra de la “ideología de género” y hace campaña para eliminar las referencias mínimas a la diversidad de género que aparecen en los recursos para escuelas del Ministerio de Educación.
Sin embargo, el grupo principal al frente del extremismo anti-trans lo está haciendo bajo el disfraz de “derechos de las mujeres”, importando la misma campaña utilizada en el Reino Unido contra las reformas propuestas para el reconocimiento legal de género allí. Algunxs se refieren a aquellxs que hacen campaña en contra de nuestros derechos como feministas radicales trans-excluyentes (TERFS), mientras que otrxs se refieren a ellxs como extremistas anti-trans. Independientemente de qué término se use, sus campañas ignoran el hecho de que ha existido un modelo de autodeclaración para el reconocimiento legal de género en Aotearoa desde los cambios en nuestra política de pasaportes en 2012, y que los detalles en un certificado de nacimiento de Nueva Zelanda no definen el sexo legal de una persona aqui. Si bien muchxs de nosotrxs andamos por la vida en Aotearoa sin modificar nuestro certificado de nacimiento, el proyecto de ley actual es importante porque, en algunas circunstancias, se requiere un certificado de nacimiento como evidencia adicional de identidad junto con una identificación con foto, como un pasaporte.
Como saben lxs miembros de nuestras comunidades, los argumentos utilizados por extremistas anti-trans están impregnados de mitos y estereotipos. Muchas organizaciones feministas de Aotearoa, incluyendo el refugio de mujeres y los centros de crisis por violación, se han manifestado en contra del extremismo anti-trans. No obstante, estos argumentos aún han logrado ganar fuerza, incluso dentro de algunas agencias gubernamentales clave, lo que ha resultado en el estancamiento de los cambios propuestos en nuestro proceso actual para enmendar los marcadores de género en los certificados de nacimiento.
¿Qué está haciendo la comunidad trans local para desafiar la transfobia?
Gender Minorities Aotearoa es uno de los grupos que forma parte de una coalición informal que contrarresta este retroceso. Su trabajo es poderoso porque celebra nuestras comunidades, incluida nuestra larga historia de diversidad de género dentro de las comunidades indígenas, para contrarrestar el odio transfóbico importado. El sitio web de Gender Minorities Aotearoa incluye material sobre el apoyo al proyecto de ley que introduciría un modelo de autodeterminación para los certificados de nacimiento, incluyendo formas de responder a los argumentos utilizados por quienes se oponen a este enfoque.
Nuestrxs aliadxs en Aotearoa incluyen otros grupos que luchan contra el extremismo, y organizaciones feministas que han revisado sus políticas para incluir a las mujeres trans. Periodistas de investigación han interrogado los numerosos baches, fallas y la falta de evidencia detrás de las campañas contra los derechos de personas trans, y las historias de vida sobre la diferencia que este cambio de ley implicaría para nuestras comunidades. Lxs padres de niñxs y jóvenes trans han sido fuertes aliadxs porque un certificado de nacimiento es realmente importante cuando se navega por el derecho a la educación de sus hijxs. Lxs comisionadxs de derechos humanos actuales y anteriores, y académicxs legales también han apoyado a nuestra comunidad.
Mi reflexión personal es que la reacción involutiva a la que nos enfrentamos es porque estamos afirmando nuestros derechos humanos fundamentales hacia la libre determinación y la autonomía corporal. Nuestra mejor herramienta para resistir en estos tiempos es crear lugares seguros para expresarnos por completo sin miedo.

Aquí, en Aotearoa, mi espíritu se alimenta de lxs artistas en nuestras comunidades que han celebrado lo que somos, lxs escritores e intérpretes de la palabra que han señalado lo que está sucediendo, y todxs lxs activistas que se han negado a rendirse. Las numerosas campañas de pósters de Gender Minorities Aotearoa son una parte importante de esa vibrante resiliencia.
¿Cómo pueden ayudar lxs aliadxs trans y la comunidad internacional (trans y aliadx)?
Una de las cosas más importantes que pueden hacer lxs aliadxs locales, regionales e internacionales, es hacer mención de la retroceso que está ocurriendo en este momento. Los derechos de las personas trans para acceder a los mismos derechos que otras personas, a igual reconocimiento y protección ante la ley, están siendo atacados.
A nuestras comunidades se les ha dicho que debemos ser pacientes y “traer gente con nosotrxs” y de que se trata de encontrar un “punto medio”. El lenguaje de “equilibrar los derechos en competencia” es seductor, pero ignora el hecho de que esta campaña tiene como objetivo eliminar los derechos preexistentes para las personas trans, como el acceso a instalaciones y espacios para personas de un solo sexo, y está causando daños y provocando ataques a nuestras comunidades. No hay evidencia de que tales medidas sean necesarias para proteger los derechos de las mujeres cisgénero. Es importante señalar el malestar de las personas cisgénero por las personas trans como perjudicial, y cuestionar cualquier intento de usar ese malestar como una justificación para socavar las obligaciones existentes de derechos humanos.

Estoy escribiendo esta pieza apenas unas semanas después de los ataques terroristas de un supremacista blanco contra las comunidades musulmanas en nuestro país. Parece que hay analogías muy importantes que debemos hacer para ser efectivxs en oponernos a un vértice del fascismo, racismo y la supremacía blanca que se ha permitido mantener una presencia en Aotearoa. Las comunidades de migrantes, refugiadxs, musulmanes e indígenas han experimentado y señalado esa violencia durante mucho tiempo, pero sus preocupaciones han sido ignoradas en gran medida.
Solo muy recientemente se ha prestado atención a las barreras que refugiados trans y solicitantes de asilo enfrentan en Aotearoa, con un apoyo gubernamental muy limitado y sin reconocimiento legal de género hasta que sean residentes permanentes. Mi esperanza es que los retrocesos nos recuerden que debemos mirar más allá de nuestrxs vecinxs y comunidades inmediatas para construir alianzas que contrarresten cualquier forma de extremismo basado en el miedo que está diseñado para dividirnos.
Gender Minorities Aotearoa

Gender Minorities Aotearoa (GMA) es una organización intercultural dirigida por personas transgénero que opera en un marco de salud pública indígena (kaupapa maorí). Proporciona apoyo integral para las personas trans e intersex y takataapui (personas indígenas que no son heterosexuales y/o no cisgéneros).
Gender Minorities Aotearoa, socixs en investigación, desarrollan recursos, se involucran en actividades de defensoría, ofrecen educación y capacitación, administran una base de datos nacional de información y recursos, administran el foro de soporte en línea Transgender e Intersex NZ, y administran la red de alojamiento entre pares Rainbow ‘Queer Housing NZ’ para personas transgénero. Gender Minorities Aotearoa también ha creado espacios físicos para nuestras comunidades. Opera el centro de acogida de la comunidad The Gender Centre, dirige una clínica jurídica para personas transgénero, organiza regularmente eventos gratuitos libres de alcohol, opera la tienda de recaudación de fondos de la comunidad trans de Aunty Dana y brinda acceso a viviendas de emergencia. Dos proyectos nuevos muy recientes basados en la comunidad están financiando kits de depilación IPL y un programa de carpeta gratuita.