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Petición a la Congregación para la Educación Católica

28 de junio de 2019 – Algunas semanas atrás, la Congregación para la Educación Católica publicó un documento titulado “Varón y Mujer Los Creó”.

Este documento incluye referencias estigmatizantes y patologizantes contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersex y, en general, queer. También contenía referencias muy problemáticas a cuestiones de género, a derechos y salud sexuales y reproductivos, y a les derechos de les niñes.

Activistas, organizaciones y redes trans y de género diverso estamos armando una Petición internacional contra esta reproducción flagrante de la ignorancia, el miedo y el odio disfrazados de educación, diálogo y amor.

En el 50vo aniversario de Stonewall, te invitamos a rebelarte con nosotres!

Firma Nuestra Petición

Llamamos hoy a la Congregación para la Educación Católica:

  • a unirse, sin titubear, a nuestro movimiento contra el estigma, la discriminación y la violencia;
  • para apoyar el derecho de acceso a rehabilitación y reparaciones para todas las víctimas trans y de género diversas de violaciones de derechos humanos.  

Les instamos a que trabajen con nosotres para garantizar el acceso a la educación para todes les niñes trans y de género diverso, y para erradicar, para bien, todas las formas de odio contra elles, incluyendo las enseñanzas y los planes de estudio.

Alentamos a la Iglesia Católica a involucrar a las comunidades transgénero para comprender mejor el impacto de la retórica anti-trans sobre las comunidades trans, y la experiencia que muches tienen que enfrentar como resultado de esta retórica, y para desarrollar y fomentar las relaciones en lugar de destruirlas.

Exigimos que reconozcan las consecuencias de la persecución histórica y actual acontra las comunidades trans y de género diverso en nombre del catolicismo, y que se comprometan a dejar de reproducirlo.

Declaración Completa

Activistas, organizaciones y redes trans y de género diverso de todo el mundo han recibido con preocupación el documento recientemente publicado por la Congregación para la Educación Católica y titulado “Varón y Mujer Los Creó”: Para una vía de diálogo sobre la cuestión del genderen la educación.

El documento ha sido “ofrecido para su uso por padres, estudiantes, líderes escolares y personal, obispos, sacerdotes, religiosos, movimientos eclesiales, asociaciones de fieles laicos y otros organismos relevantes.”

Desafortunadamente, y a pesar de manifestar buenas y amorosas intenciones, el documento contribuye a fomentar el estigma, la discriminación y la violencia contra las personas trans y de género diverso tanto dentro como fuera de las instituciones católicas. Tanto las personas trans como las  de género diverso son presentadas como el resultado de “teorías dirigidas a  aniquilar el concepto de “naturaleza”, como “”manifestaciones provocativas” contra las formas tradicionales de vida, como una amenaza para las familias y las sociedades y, en última instancia, como ejemplos de la “misma ‘liquidez’ y ‘fluidez’ que caracterizan otros aspectos de la cultura posmoderna, a menudo basadas únicamente en un concepto confuso de libertad en el ámbito de los sentimientos y deseos, o deseos momentáneos provocados por impulsos emocionales y la voluntad de los individuos, en oposición a toda cosa basada en la verdad de la existencia”.

Las personas trans y de género diverso hemos existido desde el principio de los tiempos en todas las sociedades, y desempeñamos un papel central en muchas religiones históricas y actuales. Sin embargo,  demasiado a menudo hemos sido perseguides, encarcelades, torturades y ejecutades en nombre del catolicismo. En algunos casos, hemos sido borrades de la memoria de nuestras propias culturas, o hemos sido exterminades dentro de esas culturas. A pesar de estos esfuerzos para erradicar nuestro pasado, nuestra historia sobrevive en las vidas, prácticas y creencias actuales de muchos pueblos indígenas de todo el mundo. Nosotres sobrevivimos. No somos un fenómeno reciente, ni una anomalía asociada a teorías o tecnologías recientes. Todo lo contrario: nuestra historia es la de sobrevivientes de genocidios inspirados y justificados por religiones institucionalizadas, incluido el catolicismo. 

Lamentamos profundamente la insistencia del documento en que las personas trans y de género diverso sean peligrosas cuando, de hecho, nosotres mismes corremos peligro. Enfrentamos el estigma, la discriminación y la violencia en todas partes, incluso en aquellos lugares donde deberíamos sentirnos más a salvo, como escuelas e iglesias. Esto resulta en las altas e incesantes tasas actuales de asesinatos violentos, suicidios e intentos de suicidio, y el inestable acceso a la vivienda, la atención médica y los derechos básicos, entre otros problemas. 

Las personas trans y de género diverso no representamos una amenaza para las familias. Todo lo contrario: estamos luchando para eliminar la esterilización como un requisito para el reconocimiento legal de género en muchos países de todo el mundo. Este requisito es una violación que impide nuestro acceso a un derecho humano básico que es un componente reconocido del derecho al reconocimiento ante la ley en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Luchamos contra la imposición del divorcio forzado como otro requisito para el reconocimiento legal de género que viola nuestro derecho a la familia. Luchamos por mantener la custodia de nuestres hijes, de poder adoptar niñes y garantizar el acceso a opciones reproductivas para todes. Somos miembros de familia; Traemos a este mundo a nuestres propies hijes. Creamos nuestras propias familias, constituidas por el respeto, el cuidado y el amor.

Las personas trans y de género diverso estamos en constante amenaza en este mundo que es definido solo por les más poderoses y privilegiades entre nosotres,

aquelles que se benefician de la perpetuación de los sistemas que oprimen y excluyen en base a diferencias, como la colonización y el imperialismo, la injusticia socioeconómica y racial, violaciones a derechos humanos, y el secreto, el silencio y la vergüenza. Existen personas trans y de género diverso miembros de la Iglesia Católica. Las tasas de suicidio dentro de las comunidades trans y de género diverso ya son increíblemente altas, por lo que aquelles católiques que sean rechazades por su propia comunidad religiosa, podrían tener un impacto directo en estas de por sí altas tasas de suicidio.

Reconocemos que el documento pretende ser incluido en el diálogo académico de alto nivel. Sin embargo, aunque alude a diferentes disciplinas científicas, lo hace con una notable falta de rigor, distorsionando sus posiciones y refiriéndose exclusivamente a  textos religiosos. El diálogo enriquecedor, al que estamos absolutamente abiertes, es incompatible con la deshonestidad y la irresponsabilidad epistémica que expresa este documento. Creemos que para proporcionar recursos de manera responsable a cualquier práctica educativa, une debe primero educarse a sí mismo. Por nuestra parte, estamos más que dispuestes a proporcionar literatura relevante revisada por pares, explicarlo y discutirlo con ustedes tantas veces como sea necesario.

Llamamos hoy a la Congregación para la Educación Católica a unirse, sin titubear, a nuestro movimiento contra el estigma, la discriminación y la violencia; para apoyar el derecho de acceso a rehabilitación y reparaciones para todas las víctimas trans y de género diversas de violaciones de derechos humanos.

Les instamos a que trabajen con nosotres para garantizar el acceso a la educación para todes les niñes trans y de género diverso, y para erradicar, para bien, todas las formas de odio contra elles, incluyendo las enseñanzas y los planes de estudio.

Alentamos a la Iglesia Católica a involucrar a las comunidades transgénero para comprender mejor el impacto de la retórica anti-trans sobre las comunidades trans, y la experiencia que muches tienen que enfrentar como resultado de esta retórica, y para desarrollar y fomentar las relaciones en lugar de destruirlas. 

Exigimos que reconozcan las consecuencias de la persecución histórica y actual contra las comunidades trans y de género diverso en nombre del catolicismo, y que se comprometan a dejar de reproducirlo.

Por último, estamos totalmente de acuerdo con ustedes: se necesita una nueva ruta de diálogo. Ese nuevo camino tiene un nombre: se llama despatologización, y comienza con todas las personas e instituciones que reconocen nuestro derecho intrínseco a ser quienes somos.